Logopedia

Logopedia

La logopedia se define como la disciplina que se encarga de estudiar, prevenir, evaluar, diagnosticar y tratar los trastornos o alteraciones que puedan aparecer en la comunicación de las personas. Estas dificultades pueden manifestarse alterando la voz, el lenguaje, el habla, etc. Asimismo presta especial importancia a la audición y a la estimulación de las funciones de los órganos orofaciales.

En muchas ocasiones, cuando existe un trastorno o una dificultad en el niño o la niña para hablar, se acude al logopeda como única figura de intervención en este ámbito fundamental del desarrollo infantil. Sin embargo, la figura del especialista en Audición y Lenguaje (AL) es fundamental y abarca el mismo campo de actuación, la diferencia fundamental es que el logopeda se dedica a una labor más clínica y suele trabajar en instituciones privadas y sanitarias. El magisterio en AL parte de una visión educativa, más enfocada en trabajar desde el ámbito educativo (niños y adolescentes)

Todos los profesionales que intervenimos en este ámbito (Maestros de Audición y Lenguaje, Logopedas, Maestros especialistas en Pedagogía Terapéutica, etc.) nos encontramos a diario con diferentes alteraciones, temporales o permanentes, algunas de ellas son las siguientes, y en todos los casos se puede estimular al niño/a, adolescente y adulto:

ALGUNOS TRASTORNOS DEL LENGUAJE ORAL

Es una alteración en diferentes niveles del lenguaje, suelen estar afectadas más habitualmente la sintaxis (construcción de frases, expresión oral, coherencia, etc.) y la fonología (articulación, pronunciación, etc.). Puede aparecer al nacer o durante el crecimiento, no suele ser causado por ningún trastorno neurológico ni auditivo. Normalmente aparecen dificultades a nivel expresivo, articulatorio y comprensivo.

Las dislalias son dificultades para articular algunos sonidos en fonemas (letras). Pueden ser omitidos por el niño o la niña, sustituidos por otros, etc. en ocasiones si la sílaba aparece en aislado, por ejemplo “sa” suelen pronunciarla o llegar a hacerlo, y cuando se presenta en una palabra completa o en lenguaje oral espontáneo, el fonema se omite, “apo” en vez de sapo.

Hay niños y niñas que tienen dislalias solo en un fonema, y otros/as que tienen varios alterados. Las dislalias pueden ser de diversos tipos: auditivas (asociadas a una deficiente audición), funcionales (incorrecta articulación del lenguaje), fisiológicas (inmadurez de los órganos fonoarticulatorios), orgánicas (suelen denominarse disglosias, aparecen cuando existen defectos labiales, linguales, dentales, en el paladar o palatinos, nasales, mandibulares).

Normalmente con un tratamiento adecuado desaparecen muchas de estas dificultades. Hay que estimular el lenguaje del niño o de la niña a través de juegos con la lengua, la mandíbula y los labios, controlar el soplo, hacer revisiones pediátricas, ofrecer modelos de comunicación, etc. No se debe hacer un diagnóstico de trastorno como tal hasta los seis o siete años para que el niño/a alcance una madurez adecuada, pero se puede comenzar con estimulación, lo más tempranamente posible, si la familia advierte que el desarrollo del lenguaje se está estancando o retrasando ligeramente.

Es una afectación motora del habla, se produce un habla distorsionada, existiendo dificultad para coordinar o controlar los músculos necesarios para producir sonidos o un mensaje. A veces es un habla lenta y difícil de entender. Suelen aparecen indicadores como dificultades añadidas para masticar o tragar y un retraso en el habla. Existen diferentes tipos (flácida, espástica, atáxica, hipercinética, etc.). Es necesario hacer pruebas médicas que determinen la causa y la posible lesión que la provoca. La intervención es fundamental y el tratamiento depende de la etiología pero está dirigido a mejorar el habla y poder comunicarse con la sociedad que rodea a la persona de forma competente.

Como hemos dicho anteriormente, se pueden denominar también dislalias orgánicas. Se produce una dificultad o alteración para articular el habla causada por defectos, anomalías o malformaciones en labios, lengua, paladar, dientes, mandíbula. Surgen por diferentes factores o causas como labio leporino, parálisis facial, fisuras labiales, discapacidad intelectual, progenie, alimentación, ortodoncia, deprivación sociocultural, macroglosia, frenillo corto, paladar ojival, fisura palatina, hipoacusia, etc. es necesario determinar la causa para entrenar el habla e intervenir estimulando las dificultades.

Se caracteriza por defectos en la articulación de algunos fonemas, dificultad de expulsar aire por la nariz, alteraciones de las fosas nasales o el velo paladar por alguna causa orgánica o funcional. Por tanto, en la articulación de algunos sonidos o de todos, suele aparecer voz nasal (nasalización). Hay diferentes tipos de rinolalias afectando en mayor o menor grado a la producción del habla.

Repercute en la fluidez verbal. Su evolución es muy variable como en todos los trastornos de la voz, el habla o el lenguaje. Hay diferentes definiciones de disfemia, según la OMS es un “Trastorno del habla caracterizado por la frecuente repetición o prolongación de los sonidos, sílabas o palabras o por frecuentes dudas o pausas que interrumpen el flujo rítmico del habla”.

Suele conocerse coloquialmente como tartamudez, sin embargo hay autores que explican la tartamudez como una forma peculiar del habla y la disfemia como el trastorno.

Es un trastorno permanente o temporal (de duración variable) que afecta al proceso de adquisición del lenguaje oral. Comienza a manifestarse en la infancia y puede alargarse a la etapa de la adolescencia, en ocasiones, en la edad adulta se pueden conservar secuelas.

Los síntomas varían de unos niños o niñas a otros/as y no afecta de la misma forma a los diferentes componentes del lenguaje (fonología, comprensión, uso, contenido, etc.). Hay diferentes tipos según los componentes afectados: mixto, expresivo y comprensivo.

Se define como el silencio autoimpuesto o voluntario. Referido a alteración del lenguaje oral se refiere a aquellos niños o niñas que no hablan a pesar de poder emitir sonidos. Es más común encontrase con casos de mutismo selectivo, entendido como un problema de inhibición del habla que suele comenzar en la primera infancia. El niño o niña no habla o inhibe su respuesta verbal en situaciones concretas o con distintas personas. De esta forma, elije a gente de confianza (miembros de su familia generalmente) y excluye al resto en sus intercambios comunicativos. Una causa puede derivarse de una timidez extrema o de situaciones estresantes, fobias, miedos, etc.

TRASTORNOS DE LA DESINTEGRACIÓN DEL LENGUAJE

La sordera es la pérdida de la audición, alterando la recepción, discriminación y comprensión de los sonidos del entorno y del lenguaje oral (mayor a 90 dB). En el ámbito educativo se considera más correcto hablar de Hipoacusia, ya que delimita el concepto y su clasificación.

  • La hipoacusia es la pérdida auditiva en uno o ambos oídos, se reduce la capacidad de una persona para percibir un sonido. Se puede clasificar de la siguiente forma:
  • Audición normal: el umbral auditivo de sitúa a partir de 20 dB (conversaciones).
  • Hipoacusia leve: pérdida auditiva situada entre los 20 y 40 dB.
  • Hipoacusia moderada: entre los 40 y los 70 dB.
  • Hipoacusia grave: 70-90 dB.
  • Hipoacusia profunda: pérdida auditiva superior a los 90 dB.

Es la incapacidad parcial o total para utilizar el lenguaje. Hay diferentes síntomas, desde no encontrar palabras adecuadas hasta la dificultad absoluta de hablar. Hay personas que no comprenden, otras que no pueden leer o escribir, etc. a veces no pueden expresarse a pesar de comprender perfectamente. Son diversas sus causas, por lo general se deben a traumatismos o daño cerebral a cualquier edad. Hay distintos tipos: afasia de Broca (afecta a aspectos motores del habla y de la escritura y a la comprensión), afasia transcortical motora (similar a la de Broca), afasia de Wernicke (habla fluida con sustituciones y otras alteraciones, dificultades comprensivas), afasia global (problemas de fluidez y comprensión, dificultades severas), afasia de conducción (la repetición está afectada, comprensión casi normal, secuencias y oraciones cortas), afasia amnésica (dificultad para encontrar palabras).

TRASTORNOS DE LA VOZ

La Hiponasalidad se refiere a la resonancia nasal reducida de fonemas que suelen ser nasales, la Hipernasalidad es su resonancia nasal aumentada en fonemas que no deberían ser nasales. Puede provocarse por causas orgánicas como tabique nasal desviado, infecciones sinusales, infección viral de las vías respiratorias, etc.

Se trata de una afectación de la voz, produciendo una voz anormal, se relaciona con la ronquera y suele aparecer afectando a la laringe. Pueden aparecer varios episodios y suele recuperarse la voz considerada normal. Aparecen también molestias en la garganta, sequedad, pinchazos, etc. es frecuente en la población escolar y puede rehabilitarse, dando a los niños y las niñas pautas para favorecer el cuidado de la voz, como un hábito saludable más. Suele denominarse como afonía, aunque la diferencia es que cuando decimos “estoy afónico” en realidad decimos que somos incapaces de hablar, sería más correcto decir “estoy disfónico” porque generalmente, podemos emitir susurros y ciertos sonidos. Afonía viene del griego y significa “sin sonido”, suele ser el final de una disfonía si no cuidamos la voz terminamos sin poder hablar, es menos frecuente.

Las disfonías pueden deberse a distintas causas como son las orgánicas (nódulos, pólipos, laringitis) o funcionales (disfonía espástica, hiperfunción, alteraciones del hábito fonatorio como el carraspeo).

TRASTORNO DEL LENGUAJE LECTO-ESCRITOR

Es un trastorno específico de la lectura que se caracteriza por un deterioro de la capacidad para reconocer palabras, lectura lenta e insegura y escasa comprensión. Ello no es debido a factores como la baja inteligencia o a deficiencias sensoriales significativas. Con frecuencia, viene acompañada de otras alteraciones en la expresión escrita, el cálculo o algún otro tipo de trastorno de la comunicación.

Es una dificultad en la escritura cuya característica principal es un déficit específico y significativo de la ortografía, normalmente asociada a los trastornos lectores. La disortografía presenta distintos niveles de gravedad que oscilan entre uno leve y otro grave. El grado leve se manifiesta por omisión o confusión de artículos, plurales, acentos o faltas de ortografía debido a desconocimiento o negligencia en las reglas gramaticales. Se considera grave cuando existen dificultades relacionadas con la correspondencia fonema-grafema y aparecen errores de omisión, confusión y cambio de letras, sílabas, palabras, adiciones y sustituciones.

Se refiere al trastorno de la escritura en la forma o el contenido. Pueden aparecer diferentes rasgos: posturas inadecuadas, prensión o presión digital incorrecta, tamaño de las letras, inclinación de la grafía, deformaciones, enlaces de grafemas indebidos, letras ilegibles, etc.

Este trastorno o dificultad se caracteriza por la incapacidad que una persona tiene para leer, producida por una lesión cerebral. La lectura ya adquirida se pierde. Suele asociarse al producirse agrafia (dificultad o perdida de la capacidad para escribir) aunque la persona puede expresarse y comprender. Si se produce en la infancia suele ser más exitosa la reeducación de estas habilidades. Hay diferentes ejercicios que varían su dificultad progresivamente para la recuperación. Existen distintos tipos y su tratamiento y evolución son variables.

Ampliando la definición que hemos hecho anteriormente de este término, la agrafía es la pérdida de la destreza en la escritura. Las causas son diversas, lesión cerebral o trauma. La persona afectada puede tener dificultades para separar palabras, mantener líneas horizontales, eliminación de preposiciones, artículos, pronombres personales, simplificación de frases, etc.

Teniendo en cuenta los criterios diagnósticos del Manual DSM-IV- TR para establecer un diagnóstico de Trastorno del Lenguaje Escrito se deben cumplir unos requisitos:

  1. Las habilidades para escribir, evaluadas mediante pruebas estandarizadas y otras producciones, se sitúan sustancialmente por debajo de las esperadas dada la edad cronológica del alumno/a y la escolaridad propia de su edad.
  2. Evaluación del cociente de inteligencia para poder descartar que las dificultades no se derivan de otros trastornos, además de valorar que no aparecen causas neurológicas, sensoriales, motoras, afectivas o sociales.
  3. Los resultados de la evaluación tienen que poner de manifiesto que las dificultades interfieren en su rendimiento académico, aunque no significativamente en todas las materias o en las actividades de la vida cotidiana que requieren la realización de textos escritos (por ejemplo, escribir frases gramaticalmente correctas y párrafos organizados).

Las habilidades comunicativas, expresivas, comprensivas y a nivel escrito u oral, se deben estimular en todas las edades para que haya una evolución, adquisición y asimilación lingüística positiva.

En nuestro gabinete de psicopedagogía intervenimos de manera especializada todas las dificultades en el área del Lenguaje y la Comunicación, en grupo o individualmente, con actividades, juego vivenciado, apoyos visuales y manipulativos, fichas tradicionales, textos ricos y variados, etc.